Se debe entender por tendencia de la conciencia, a la inclinación sostenida de los dictámenes en determinado sentido, sin sujeción, las más de las veces, a las condiciones de veracidad, certeza y rectitud.
Conciencia Escrupulosa. Es la que, con argumentos no sólidos, considera pecado lo que no es o grave lo que es leve. Como se ve, es una conciencia errónea y por lo tanto, no puede ser seguida.
Conciencia Laxa es la que, sin razones consistentes o suficientes, juzga moralmente lícito lo ilícito o leve lo moralmente grave
Conciencia dudosa. Es la que se presenta cuando no hay certeza acerca de la licitud moral de un acto, acerca de la obligatoriedad de una acción u omisión o acerca de la aplicabilidad o no de una norma en un caso concreto.
Conciencia probable es la que, no estando cierta acerca de la moralidad de un acto. Tiene sólidos argumentos acerca de lo que debe ser hecho.
Conciencia viciosa o perversa. Es la que actúa en contra de la rectitud, aún siendo ésta errónea.
La conciencia moral
Conciencia Perpleja. Es la tendencia errónea de la conciencia a juzgar, como resultado de confusión mental, como moralmente ilícita cualquier acción que se lleve a cabo en determinado sentido. Es errónea porque no todas las acciones, en situaciones de elegir entre una u otra, serán moralmente malas. La conciencia perpleja nace la mayoría de las veces, de ignorancia acerca de la moralidad de las acciones normales del quehacer cotidiano. Es el conflicto en el que se ve una persona que "sí hace, malo y si omite, también malo.
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